Puerta de la buena fortuna (Jingyun men)
Puerta de la buena fortuna
En la Dinastía Qing, con la excepción de los funcionarios de turno o de aquellos que fueron convocados al público, a nadie se le permitió pasar por esa puerta sin un control exhaustivo. Para garantizar la seguridad del patio interior, todos los interesados debían detenerse a 20 pasos de las puertas e indicar el motivo por el que acudían a los mensajeros que luego realizaban el viaje de ida y vuelta a la persona para reunirse.
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